Un experimento realizado en 2011 por D. M. Wegner, pionero de la psicología social, midió la capacidad de recordar de unos voluntarios. Solo la mitad de ellos sabían que los datos a retener eran guardados en un ordenador. Quienes pensaron que la información quedaba grabada, relajaron el esfuerzo por aprenderla. Los científicos denominan "efecto Google" a este fenómeno de relajación memorística. Tendemos a recordar mejor dónde se alberga un dato que el propio dato Es evidente que el conocimiento disponible es mayor que nunca, pero casi todo se almacena fuera de nuestra mente. Surgen entonces preguntas inquietantes: bajo el aluvión de datos, ¿dónde queda el saber? ¿Nuestra perezosa memoria viene a ser una agenda de direcciones donde buscar información, sin rastro de la información misma? ¿Somos en el fondo más ignorantes que nuestros memoriosos antepasados de los viejos tiempos de la oralidad?"
Irene Vallejo, El infinito en un junco, pág. 125
¿Y vosotros, qué pensáis?
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