jueves, 11 de junio de 2020

CÁPSULAS LITERARIAS: 44 Escritores de la Literatura Universal

Finalizamos el curso, pero como os he dicho en los correos, espero que en la literatura encontréis siempre un espacio de esperanza, de encuentro personal y riqueza vital. Por eso, os invito a que sigáis paseándoos por este blog, porque los límites de la programación de una materia como la literatura no admite ese tipo de corsés. Aquí me gustaría que siguierais encontrando un punto de información, una pequeña guía para vuestras futuras lecturas, en forma de recomendaciones.

Por ejemplo, estos días estoy leyendo un libro muy curioso titulado 44 Escritores de la Literatura Universal


Su autor, Jesús Marchamalo, nos cuenta que su pretensión es mostrar algunas de las facetas más íntimas y curiosas de los grandes escritores de los últimos dos siglos, porque desde esos pequeños retazos biográficos sus obras se abren con una nueva dimensión. Por sus páginas encontramos las semblanzas de Charles Dickens, Kafka, Dostoyevski, Mark Twain, las hermanas Brontë..., y así hasta 44.
Precedidos de la reseña biográfica oficial y la nómina de sus obras, el autor realiza unos breves pero ingeniosos retratos (apenas dos páginas) llenos de ironía, fino humor, y mucha recreación literaria.  Seguro que algunos fragmentos aparecerán por este blog.


Cada semblanza viene además acompañada por los dibujos de Damián Flores, que recogen los rasgos más característicos de cada autor con una versión modernizada.

Os propongo un par de juegos: 

1. ¿Sabéis a quién pertenece este breve fragmento biográfico?

Trabajó media vida, de ocho a dos, en un despacho al que se llegaba por un pasillo umbrío lleno de archivadores, con olor a tabaco rancio, y a goma de pegar. Un opresivo universo de bandejas de baquelita, plumas fuente, sellos de caucho, informes, y un reloj que marcaba la frontera entre el mundo real, por las mañanas, y la literatura, por la noche, en su casa, con luz artificial. Folios y folios que destruía a menudo, o que escondía en el piano.
Tuvo (...) un padre omnipresente y burocrático. Un hombre de aspecto décimonónico, con bigote y anillo, con pinta de intendente o potentado, al que en una ocasión llevó uno de sus libros, recién salido de la imprenta. "Déjalo ahí, en la mesa", le dijo con desgana, incómodo porque le había interrumpido. 
Antes de morir dejó dicho que destruyeran todo cuanto había escrito. Que hicieran un montón de cuartillas y folios, y hojas sueltas de notas, y lo prendieran fuego. O eso entendió Max Brod, su amigo, que no le hizo ni caso. Así podemos leerlo ahora; lo desasosegante, lo indecible, esa obsesión tan suya, tan...k..."


2.  ¿A ver si reconocéis a algunos de estos rostros?






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