Para acercarnos a esta famosa colección de cuentos, podemos abordar distintos enfoques (y todos ellos nos acercan la obra a la actualidad):
En cuanto a su estructura, Las mil y una noches presenta el conocido marco de la joven Sherezade que ha de entretener al sultán contando cuentos cada noche.
Respecto a la temática, se abordan numerosos aspectos (la muerte, el amor, la fidelidad...) con títulos tan conocidos dentro de nuestra cultura occidental como Aladino y la lámpara mágica, Alí Babá y los cuarenta ladrones...
LECTURA. Vamos a leer el siguiente cuento perteneciente a la Noche 463. Indica su tema y compáralo con el cuento de Bernardo Atxaga incluido en su libro Obabakoak.
EL ÁNGEL DE LA MUERTE Y EL REY DE ISRAEL.
Se cuenta de un rey de Israel que fue un tirano. Cierto día, mientras estaba sentado en el trono de su reino, vio que entraba un hombre por la puerta de palacio; tenía la pinta de un pordiosero y un semblante aterrador. Indignado por su aparición, asustado por el aspecto, el rey se puso en pie de un salto y preguntó:
—¿Quién eres? ¿Quién te ha permitido entrar? ¿Quién te ha mandado venir a mi casa?
—Me lo ha mandado el Dueño de la casa. A mí no me anuncian los chambelanes ni necesito permiso para presentarme ante reyes ni me asusta la autoridad de los sultanes ni sus numerosos soldados. Yo soy aquel que no respeta a los tiranos. Nadie puede escapar a mi abrazo; soy el destructor de las dulzuras, el separador de los amigos.
Cuando oyó estas palabras, el rey cayó al suelo, un estremecimiento recorrió todo su cuerpo y quedó sin sentido. Al volver en sí, dijo:
—¡Tú eres el Ángel de la Muerte!
—Sí.
—¡Te ruego, por Dios, que me concedas el aplazamiento de un día tan sólo para que pueda pedir perdón por mis culpas, buscar la absolución de mi Señor y devolver a sus legítimos dueños las riquezas que encierra mi tesoro; así no tendré que pasar las angustias del juicio ni el dolor del castigo!
—¡Ay! ¡Ay! No tienes medio de hacerlo. ¿Cómo te he de conceder un día si los de tu vida están contados, si tus respiros están inventariados, si tu plazo de vida está predeterminado y registrado?
—¡Concédeme una hora!
—La hora también está en la cuenta. Ha transcurrido mientras tú te mantenías en la ignorancia y no te dabas cuenta. Han terminado ya tus respiros: sólo te queda uno.
—¿Quién estará conmigo mientras sea llevado a la tumba?
—Únicamente tus obras.
—¡No tengo buenas obras!
—Pues, entonces, no cabe duda de que tu morada estará en el fuego, de que en el porvenir te espera la cólera del Todopoderoso.
A continuación le arrebató el alma y el rey cayó del trono al suelo.
Se oyeron los clamores de sus súbditos; se elevaron voces, gritos y llantos; pero si hubieran sabido lo que le preparaba la ira de su Señor, los lamentos y sollozos aún hubiesen sido mayores y más y más fuertes los llantos.
Curiosamente, este cuento y otros muy semejantes procedentes de diversas fuentes (hebreas, persas...) han llegado hasta la literatura actual con versiones tan conocidas como esta que incluye Bernardo Atxaga en su Obabakoak:
EL CRIADO DEL RICO MERCADER
Érase una vez, en la ciudad de Bagdad, un criado que servía a un rico mercader. Un día, muy de mañana, el criado se dirigió al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no fue como todas las demás, porque esa mañana vio allí a la Muerte y porque la Muerte le hizo un gesto.
Aterrado, el criado volvió a la casa del mercader.
—Amo -le dijo-, déjame el caballo más veloz de la casa. Esta noche quiero estar muy lejos de Bagdad. Esta noche quiero estar en la remota ciudad de Ispahán.
—Pero, ¿por qué quieres huir? -le preguntó el mercader.
—Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho un gesto de amenaza.
—El mercader se compadeció de él y le dejó el caballo, y el criado partió con la esperanza de estar por la noche en Ispahán.
Por la tarde, el propio mercader fue al mercado, y, como le había sucedido antes al criado, también él vio a la Muerte.
—Muerte -le dijo acercándose a ella-, ¿por qué le has hecho un gesto de amenaza a mi criado?
—¿Un gesto de amenaza? -contestó la muerte-. No, no ha sido un gesto de amenaza, sino de asombro. Me ha sorprendido verlo aquí, tan lejos de Ispahán, porque esta noche debo llevarme en Ispahán a tu criado.
- Por último, vamos a leer un cuento titulado Imagínate que te quiero. Es una versión muy actual de la estructura de Las mil y una noches. Trata de encontrar todas las semejanzas.
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