martes, 18 de enero de 2022

HAMNET, Maggie O´Farrell

 



    Ahora que dentro de poco nos adentraremos en el universo shakespeariano con la tragedia Hamlet, quiero recomendaros una novela que juega ya desde el título con su posible gestación: Hamnet, de la escritora británica Maggie O’Farrell. 

    La figura de Shakespeare siempre ha incitado a la imaginación y recreación de forma más o menos verosímil. Los pocos datos históricos que se conocen sobre el mayor dramaturgo de la lengua inglesa han propiciado desde películas (como Shakespeare in love) hasta las más rocambolescas hipótesis (hay una muy curiosa que afirma que el nombre de William Shakespeare es una simple tapadera para ocultar la figura del afamado dramaturgo Marlowe fallecido en extrañas circunstancias). 

    En un momento histórico y literario en el que estamos rescatando a figuras femeninas relevantes en la historia, la imaginación de O´Farrell se ha lanzado hacia la recreación del mundo familiar de Shakespeare, a contar sus inicios, antes de ser un reconocido dramaturgo, y lo ha hecho a través de la figura de su mujer, Agnes. Y es que la que se erige como verdadera protagonista de la novela es una joven de extrema sensibilidad, con una forma extraordinaria de captar el mundo, con una gran sabiduría y mundo interior, conocedora de los secretos de la naturaleza, del poder curativo de las plantas..., que rayan, según las gentes, en la brujería. Esta chica de la que se enamora el joven Shakespeare, paradójicamente no sabe leer ni escribir, pero igualmente son dos seres extraordinarios destinados a encontrarse. Hamnet es una gran historia de amor, un ejemplo del amor extremo de una mujer al dejar marchar a su marido para que este cumpla sus sueños (ayudándole a enfrentarse a su propia familia) y que asume el sacrificio de quedarse atrás por los hijos. Esta gran mujer está detrás de la figura del escritor, pero despierta infinitamente más atracción y admiración que el propio Shakespeare.

    Sin embargo, Hamnet no solo es una historia de amor de pareja, también y sobre todo, de amor filial (el mismo que veremos después en Hamlet). De hecho, el título de la novela alude a uno de los hijos gemelos del matrimonio. Sin desvelar mucho más sobre el argumento, lo cierto es que algunas de las páginas más conmovedoras del libro son las del duelo y el sufrimiento extremo de unos padres, vivido desde dos polos opuestos: el duelo como agonía insoportable (y es que sobre Agnes se eleva la ironía trágica de la curandera que no puede curar a su propio hijo), frente al duelo como catarsis para la inspiración y la creación. La gran obra maestra de Shakespeare, Hamlet, surge en la teoría novelada de O´Farrell como recuerdo al hijo, el fantasma de Hamlet puebla la mente de Shakespeare, haciendo de padre e hijo un mismo personaje, como una presencia constante.  

    Por último, para los amantes de las recreaciones históricas, la novela nos pinta un universo cercano a la vez que envolvente: el mundo agobiante de una pequeña aldea inglesa y de sus gentes sencillas marcadas por las convenciones sociales; la llegada de la peste y sus estragos, etc. Se trata de un universo que, lejos de resultar un simple ejercicio de imaginación, es toda una fuente de conocimiento para acercarnos a la figura de Shakespeare en su contexto. Además, parte de la originalidad de la obra reside en la inmediatez con que es contada la historia: una narración en presente, que logra acercar al lector un mundo pasado.


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