domingo, 12 de mayo de 2019

ARQUETIPOS CULTURALES DE FINALES DEL SIGLO XIX

1.    Bohemios.

Bohemia: El término proviene del latín bohemius y se asocia al estilo de vida que se aparta de las convenciones sociales y que privilegia el arte y la cultura sobre las cosas materiales.
Los bohemios: un artista con apariencia despreocupada, poco cuidada, frente a la ostentación burguesa. Inclinación a la soledad, al desarraigo, el alcohol, las drogas… Los lugares de encuentro eran los cafés menos frecuentados, donde se reunían a discutir las tendencias culturales, las ideas, la política… Especialmente, en París.
Este término se relaciona con Bohemia, región de la República Checa de donde partieron numerosos grupos de gitanos hacia otros países europeos. Los gitanos, al igual que los artistas del siglo XIX, vivían con valores sociales diferentes a los de la burguesía conservadora.

Obras significativas son: la ópera La Bohème, Giacomo Puccini o Luces de bohemia, Valle-Inclán.

2.    Dandis.

La figura del dandi hace referencia a un hombre refinado en aspect, vestimenta, modales y lenguaje.
«El dandy debe vivir y morir ante el espejo.» Charles Baudelaire.
3.    La femme fatale.

El cliché de la mujer fatal que seduce para destruir se va afianzando en la literature y las artes plásticas. La femme fatale para los pintores simbolistas aparece con una larga cabellera, mirada lánguida y elementos exóticos que refuerzan su sensualidad.

 Baudelaire apunta el estilo de vida de los finalmente llamados Poetas Malditos en su texto Embriagaos.

Hay que estar siempre ebrio. Todo se reduce a eso; es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo, que os destroza los hombros doblegándoos hacia el suelo, debéis embriagaros sin cesar.
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como os plazca. Pero embriagaos.
Y si alguna vez os despertáis en la escalinata de un palacio, tumbados sobre la hierba verde de una cuneta o en la lóbrega soledad de vuestro cuarto, menguada o disipada ya la embriaguez, preguntadle al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, canta o habla, preguntad qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj os contestarán: «¡Es hora de embriagarse! Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, embriagaos; ¡embriagaos sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como os plazca.»

No hay comentarios:

Publicar un comentario