RECUERDA:
La creación de las fábulas se atribuye a ESOPO (s. VI a.C).
La creación de las fábulas se atribuye a ESOPO (s. VI a.C).
Se trata de un relato breve,
protagonizado por animales
(personificados), del que se extrae una enseñanza
moral.
ACTIVIDAD:
1. Lee la siguiente selección de fábulas de Esopo.
2. Busca otras fábulas similares (en temática, protagonistas, etc.) pertenecientes a la tradición de fábulas en castellano.
3. Finalmente, crea una entrada en tu blog en la que incluyas sendas fábulas (estableciendo las relaciones con la obra de Esopo).
Los autores de fábulas en castellano que debes buscar son los siguientes:
2. Busca otras fábulas similares (en temática, protagonistas, etc.) pertenecientes a la tradición de fábulas en castellano.
3. Finalmente, crea una entrada en tu blog en la que incluyas sendas fábulas (estableciendo las relaciones con la obra de Esopo).
Los autores de fábulas en castellano que debes buscar son los siguientes:
- - Arcipreste de Hita, Libro de buen amor.
- - Don Juan Manuel, El conde Lucanor.
- - Tomás de Iriarte o Félix María Samaniego, Fábulas.
El león y el ratón
Dormía tranquilamente un león, cuando un ratón empezó a
juguetear encima de su cuerpo. Despertó el león y rápidamente atrapó al ratón;
y a punto de ser devorado, le pidió éste que le perdonara, prometiéndole
pagarle cumplidamente llegado el momento oportuno. El león echó a reír y lo
dejó marchar.
Pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la
selva y le ataron con una cuerda a un frondoso árbol. Pasó por ahí el
ratoncillo, quien al oir los lamentos del león, corrió al lugar y royó la
cuerda, dejándolo libre.
-- Días atrás -- le dijo --, te burlaste de mí pensando que
nada podría hacer por tí en agradecimiento. Ahora es bueno que sepas que los
pequeños ratones somos agradecidos y cumplidos.
Nunca desprecies las promesas de los pequeños
honestos. Cuando llegue el momento las cumplirán.
La zorra y el cuervo gritón
Un cuervo robó a unos pastores un pedazo de carne y se
retiró a un árbol. Lo vio una zorra, y deseando apoderarse de aquella
carne empezó a halagar al cuervo, elogiando sus elegantes proporciones y su
gran belleza, agregando además que no había encontrado a nadie mejor dotado que
él para ser el rey de las aves, pero que lo afectaba el hecho de que no tuviera
voz.
El cuervo, para demostrarle a la zorra que no le faltaba la
voz, soltó la carne para lanzar con orgullo fuertes gritos. La zorra, sin perder tiempo,
rápidamente cogió la carne y le dijo:
-- Amigo cuervo, si además de vanidad tuvieras
entendimiento, nada más te faltaría realmente para ser el rey de las aves.
Cuando te adulen, es cuando con más razón debes
cuidar de tus bienes.
La liebre y la tortuga.
Viendo una tortuga que
hacía burla de sus pies una liebre, le dijo riendo: ¿Quieres que apostemos a
quién corre más? Tú te burlas de mis pies, pero, si quieres, verás que soy más
ligera que tú.
La liebre respondió:
-Bien sabes lo veloz
que soy en correr, pero, ya que lo quieres, elijamos un juez, que señale las
condiciones de la apuesta.
Eligieron a la zorra
como la más astuta de todos los animales; y esta fijó el lugar y el término de
la carrera. La tortuga, fiándose de sus pies, se puso a descansar un poco y se
durmió. Cuando despertó, corrió muy aprisa para llegar al término; pero fue en
vano su diligencia, porque cuando llegó vio a la tortuga, que ya estaba
descansando, y entonces, avergonzada, confesó que había perdido la apuesta.
Esta fábula enseña que
la mayor parte de las cosas se consiguen mejor con cuidado y diligencia que con
la fuerza corporal.
El lobo y el cordero.
Un cordero y un lobo,
cada uno por su lado, vinieron a beber en un río. El lobo que bebía arriba,
mirando al cordero que bebía más abajo, le dijo:
-¿Por qué me has
enturbiado el agua que yo bebía?
- ¿Cómo te pude
enturbiar el agua –respondió humildemente el cordero- siendo así que corre de
donde tú estás a donde yo estoy?
El lobo no haciendo
caso de la verdad ni de la razón, le dijo:
-¿Y por eso blasfemas?
-No he blasfemado
–respondió el cordero.
Pero el lobo, buscando
pretextos para matarlo, le dijo:
-Seis meses hace que
me injurió tu padre.
-Yo en ese tiempo,
-respondió el cordero- aún no había nacido.
- No obstante, me
pagarás ahora su ofensa –dijo el lobo. Y arrojándose encima de él, lo devoró.
Esta fábula significa
que con los malos y perversos de nada sirve la verdad ni la razón; ni vale otra
cosa con ellos sino la fuerza.
Esopo, Fábulas completas, M.E. Editores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario