miércoles, 3 de octubre de 2018

LÍRICA GRIEGA II: Anacreonte

Anacreonte nació en la segunda mitad del siglo VI a.C. Fue un poeta profesional que alegraba las fiestas y el ocio de los príncipes y reyes. Se conserva solo parte de sus cinco libros de himnos, elegías y cantos eróticos. 
Su poesía es graciosa, intrascendente y fácil, y sus temas son la juventud, el amor y los goces de la vida.
Ha dado nombre a la llamada poesía anacreóntica, que trata sus mismos temas. En España le han imitado escritores de la categoría de Quevedo o Meléndez Valdés.



Aquí tenéis un poema de Anacreonte:

 Nací mortal al mundo
para que de la vida
trillase los senderos
de no pisadas vías.
Bien sé lo que he vivido,
mas no lo que podría.
Pues, hola, huid, cuidados,
y no me agüéis las dichas;
que a fe que he de alegrarme
antes que llegue el día,
bebiendo, retozando
y sazonando risa.

Este otro es de Meléndez Valdés (poeta del siglo XVIII español):

 Si es forzoso, Belisa,
morir, y nadie puede,
por mucho que la tema,
librarse de la muerte,
ni conocer tampoco
lo que después sucede
ni dónde nos quedamos
ni quién allá nos tiene,
   agora que vivimos,
gocemos los placeres,
los gustos y delicias
que Venus nos ofrece.


Podemos identificar en ambos varios tópicos literarios: ITER VITAE, CARPE DIEM


En cuanto a Quevedo, ya en su época era conocido como el Anacreonte español. Así lo dice Góngora con fines sarcásticos:

Anacreonte español, no hay quien os tope,
Que no diga con mucha cortesía,
Que ya que vuestros pies son de elegía,
Que vuestras suavidades son de arrope.
¿No imitaréis al terenciano Lope,
Que al de Belerofonte cada día
Sobre zuecos de cómica poesía
Se calza espuelas, y le da un galope?
Con cuidado especial vuestros antojos
Dicen que quieren traducir al griego,
No habiéndolo mirado vuestros ojos.

Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
Porque a luz saque ciertos versos flojos,
Y entenderéis cualquier gregüesco luego.


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