miércoles, 17 de octubre de 2018

TEATRO GRIEGO: La tragedia.

Para guiarnos en el estudio del teatro griego, vamos a abordar los siguientes apartados:




1. ORÍGENES. (libro)
En primer lugar, hemos de saber que la palabra "teatro" significa en griego "lugar para mirar".

2. LA REPRESENTACIÓN. (libro)
- Los edificios.
- Los actores y el coro. 

3. LOS GÉNEROS TEATRALES: CARACTERÍSTICAS DE LA TRAGEDIA GRIEGA.

1.    Temas: Ciclo de Tebas, ciclo de Argos, otras historias épicas. 
2.    Personajes. Héroes o dioses que han de enfrentarse a un conflicto extremo (destino, pasiones, justicia, castigo divino…)
3.    Función del coro. El portavoz es el corifeo. Su función es básicamente lírica:
-       Comentar.
-       Replicar.
-       Sintetizar ideas principales.
-       Representar el sentir colectivo.

4.    Regla de las tres unidades: acción, lugar y tiempo.  
5.    Acción dramática: presentación de un conflicto que conduce al sufrimiento y finalmente a la muerte.
6.    Violencia en escena: no está bien vista en el teatro griego, por lo que siempre aparecen estas escenas referidas o contadas por un personaje.
7.    Acotaciones. Breves (sobre entrada o salida de personajes) e indicaciones de lugar o tiempo incluidas en los diálogos de los personajes.
8.    Función de la tragedia: la catarsis. La identificación con el héroe provoca en el espectador una purificación (catarsis, fuerte empatía), gracias a la cual se libera de sus propios sufrimientos.


El teatro griego sigue dos ciclos temáticos:

EL CICLO DE ARGOS.

Atreo se quiere vengar de su hermano Tiestes porque había cometido adulterio con su esposa. Para ello, le ofrece a sus propios hijos como comida en un banquete, acto por el que es maldecido por Apolo.
Agamenón, hijo de Atreo, sacrificará a su hija Ifigenia, para que sus naves puedan atracar en Troya. A su regreso es asesinado por su mujer, Clitemnestra, y Egisto, su amante.
Los hijos de Agamenón, Electra y Orestes, se vengan matándolos. Orestes enloquece y los dioses lo perdonan.



EL CICLO DE TEBAS.

Layo visita el oráculo de Tebas, que le advierte de su destino: será asesinado por su hijo y éste tendrá hijos con su madre. Por miedo a su futuro, Layo abandona a su hijo Edipo al nacer, que es criado por el rey Pólipo.
Pasado el tiempo, Edipo acude al oráculo, que le informa de la misma profecía. Para evitar el parricidio, huye del reino y camino de Tebas mata a Layo en un incidente en un cruce de caminos. Edipo responde en Tebas a la adivinanza de la Esfinge (en la mitología griega era un demonio de destrucción y mala suerte que se representaba con rostro de mujer, cuerpo de león y alas). Es coronado rey y se casa con la reina viuda, su madre Yocasta, con la que tiene cuatro hijos: Eteocles, Polinices, Antígona e Ismene.
Al averiguar su parentesco, la reina se suicida, Edipo se castiga cegándose y se encamina al destierro.
Los dos hermanos se matan mutuamente por la sucesión en el trono. Creonte, cuñado de Edipo, hermano de Yocasta, se hace con el trono y prohíbe enterrar a Polinices como responsable. Antígona desoye la prohibición e intenta enterrarlo, pero es descubierta y se suicida. A su vez, dará lugar al suicidio de Hemón, hijo de Creonte y enamorado de Antígona, y al de su propia esposa. El final del ciclo llega con el perdón a Edipo por no considerarlo responsable de sus acciones.

4. PRINCIPALES AUTORES Y OBRAS:

ESQUILO: El tema central de sus obras es el destino.
La Orestíada (Agamenón, Las coéforas, Las euménides).
Los siete contra Tebas: Eteocles (hijo de Edipo) debe enfrentarse contra su propio hermano para defender la ciudad. 

SÓFOCLES: En sus tragedias analiza el dolor humano y la dignidad ante situaciones extremas (catarsis).
Edipo rey.
Antígona.
Electra. 

EURÍPIDES: Se centra en las pasiones de sus protagonistas, especialmente femeninas.

Medea. Una mujer agraviada y vengativa desencadena el horror más absoluto: una madre asesinando a sus propios hijos con sus manos para herir al marido que la abandona y la condena al exilio. Medea habla, por primera vez en el mundo griego, de la furia y la angustia que anidaba en los hogares atenienses: 
"Nosotras las mujeres somos el ser más desgraciado. Empezamos por tener que comprar un esposo con dispendio de riquezas y tomar un amo de nuestro cuerpo, y este es el peor de los males. Separarse del marido es escandaloso para las mujeres, no así para los varones. Cuando ellos se aburren en casa, salen a distraerse. Sin embargo, si hacemos lo mismo, no nos dejan salir diciendo que hay que cuidar a los hijos. Aseguran que, permaneciendo en casa, las mujeres evitamos peligros, mientras que el hombre, pobrecito, ha de ir a batirse a la guerra."

Medea, en conflicto con su encierro y su maternidad, acaba diciendo que preferiría librar tres guerras antes que parir una sola vez. Contagiadas por Medea, las mujeres del coro (que representa la voz de la comunidad, la de las atenienses de vida ordenada y hogareña) van abandonando también su actitud modesta y atemorizada. En un momento dado, una de ellas se atreve a decir que las mujeres no deben quedar excluidas de la filosofía, de la política, de los razonamientos sutiles y de los debates:
"Nosotras también poseemos una musa que nos acompaña en busca de la sabiduría".

Las troyanas.
La obra recrea el fin de la guerra de Troya ante un público ateniense que, comiendo pan, queso y aceitunas, esperaba con orgullo ver las hazañas del gran héroe Aquiles. Sin embargo, Euripides nos hace pasearnos entre las cenizas humeantes de Troya: una feroz matanza, un arrebato de destrucción vengativa, violaciones colectivas, el asesinato a sangre fría de un niño lanzado al abismo desde las muralla, los horrores de la guerra cayendo sobre las mujeres derrotadas. Pronto se centra en la desolación de la reina Hécuba y sus princesas, sorteadas entre los generales invasores. La víspera todavía vestían trajes lujosos y se las recibía entre reverencias. Tras una noche de matanzas y conquista, los griegos las arrastran del pelo, se las reparten y las violan.
Lo que escucharon los atenienses en aquella tarde convulsa del siglo V a. C. fue la rabia y la desesperanza de las madres del bando enemigo, que les acusaban de crueldad. Al final, la anciana Hécuba, ilumina por un incendio apocalíptico, denuncia con su boca desdentada la orfandad universal de las víctimas:
"Ay de mí, el fuego devora ya el elevado alcázar, y la ciudad entera, y las más altas murallas. El polvo y el humo, en alas de los vientos, me roban mi palacio. Se olvidará el nombre de este lugar, como todo se olvida. Tiembla, tiembla la tierra al desplomarse Troya; temblorosos miembros míos, arrastrad mis pies. Vamos a vivir en la esclavitud."
Ni qué decir tiene que Eurípides no ganó el premio en el festival de teatro de aquel año. Sin embargo, después de cada una de las grandes guerra europeas, esta obra se ha vuelto a representar; y la desdentada Hecuba ha hablado de nuevo, desde las trincheras calientes y los escombros aún sin retirar, en nombre de los atropellados por la guerra, antes de que empezásemos a olvidar.

Hécuba.
Hipólito. Hipólito, hijo de Teseo, sufre las consecuencias de la pasión de su madrastra, Fedra. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario