¡Buenos días!
Ya habéis podido comprobar el proceso de animalización que experimenta Gregorio Samsa, así como las reacciones de los distintos miembros de la familia. Id tomando nota de los pasajes que más os llamen la atención. Estos son algunos de los míos:
Lenta y todavía torpemente, tanteando con sus antenas, cuyo valor ya entonces comprendió, se arrastró hasta la puerta para ver lo que había ocurrido. Su lado izquierdo era una única, larga y repugnante llaga.
Su hermana, casi arreglada, abrió la puerta que daba al recibidor y miró ávidamente hacia el interior. Al principio no vio, pero al divisarlo luego debajo del sofá (...) se asustó tanto que, sin poderse dominar, volvió a cerrar la puerta. Pero debió arrepentirse de su actitud, pues tornó a abrir al momento y entró de puntillas, como si fuese la habitación de un enfermo de gravedad o la de un extraño.
Como no se hacía comprender por nadie, nadie pensó, ni siquiera la hermana, que él pudiese comprender a los demás.
¿Es que él deseaba de verdad se cambiase su cómoda habitación, confortable y dispuesta con muebles de familia, por un desierto en el cual hubiera podido, es verdad, trepar en todas las direcciones sin el menor impedimento, pero en el cual se hubiera al mismo tiempo olvidado, rápida y completamente, de su origen, su pasada condición humana?
Gregorio, atemorizado, no se movió; era inútil continuar corriendo, pues el padre había resuelto bombardearlo. Se había llenado los bolsillos con el contenido del frutero que estaba sobre el aparador, y arrojaba una manzana tras otra, aunque sin lograr por el momento dar en el blanco.
ACTIVIDAD. Ya solo nos queda el desenlace, así que hoy leemos la tercera parte de La metamorfosis.
A partir del lunes comenzaremos el análisis de obra y autor, con interpretaciones personales y otras más académicas. Y ya para el viernes os tengo preparada una pequeña prueba para comprobar cómo han ido las lecturas. De momento:
¡Buen fin de semana!
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