martes, 5 de mayo de 2020

ARTHUR RIMBAUD

¡Buenos días, chicos! ¿Habéis superado el spleen de ayer? Cuidado que hoy tenemos más de lo mismo: vamos a conocer a Arthur Rimbaud.



Para acercarnos a la obra de Rimbaud, el más joven y a la vez el más excéntrico de los "poetas malditos", hemos de conocer también a Verlaine. Te propongo que leas su biografía, donde se explica la tormentosa relación que ambos mantuvieron. Pincha en el siguiente enlace del blog En una selva oscura:

http://enunaselvaoscura.blogspot.com/2011/03/los-poetas-malditos-i-verlaine-y.html

Aquí tienes también una versión novelada por Juan Marchamalo, que a partir de este icónico retrato de Rimbaud nos dice:


"Y ahí está. Un niñato arrogante, arisco y malagradecido, según el testimonio de quienes lo estimaban, que andaba por París, como un clochard, durmiendo en casas y buhardillas, de prestado, camaranchones, bares, cuartuchos y desvanes, coqueteando con el hachís y con Verlaine, y no precisamente en este orden. 
Acabó por seducirlo, se le enroscó como una serpiente venenosa en la pierna, una pitón, mortal, abrazadora, y se escaparon a Londres. Arthur y Paul. Allí anduvieron, escondidos y hallados. Buscándose, esquivándose. Como dos imanes en la clase de ciencias, se atraen  se repelen. Se dicen los peores adjetivos, se señalan de noche con el dedo -los ojos inyectados- y se miran con el desdén de los acusadores. De repente Verlaine, no se sabe exactamente cómo, le pega un tiro. 
Contaron ante el juez que había sido un accidente, una fatalidad, un percance. Que el pequeño revólver, brillante y escurridizo como un pez de colores, se disparó al chocar con una puerta. La bala rozó a Rimbaud en la muñeca, nada grave, solo primera sangre. Pasó en el hospital un par de noches. Y Verlaine, dos años en la cárcel."

Como has podido comprobar, ambos tienen una vida de película que, por supuesto, ha sido llevada a la gran pantalla. Te recomiendo que veas Vidas al límite, donde se cuenta la tortuosa relación entre Arthur Rimbaud y Paul Verlaine:




ACTIVIDAD. Tras conocer su biografía, señala los aspectos que más te hayan llamado la atención de la vida de Rimbaud y que justifican su calificativo de "poeta maldito".

ACTIVIDAD. COMENTARIO DEL POEMA: MI BOHEMIA. (pág. 305)

a. Aunque el título ya es bastante evidente, enuncia con tus palabras el tema del poema.
b. Señala todas aquellas expresiones del texto que apunten a sus rasgos bohemios.
c. Comenta el significado del verso: "caminaba bajo el cielo, ¡oh Musa!, y era tu vasallo".

Mi bohemia

Iba por ahí, con las manos metidas en los bolsillos rotos; 
hasta tal punto mi gabán se volvía ideal;
caminaba bajo el cielo, ¡oh Musa!, y era tu vasallo. 
¡Hay que ver! ¡Cuántos amores espléndidos he soñado!

Mi único pantalón tenía un hermoso agujero,
Pulgarcito soñador, desgranaba en mi trayecto
algunas rimas. Mi albergue estaba en la Osa Mayor. 
En el cielo, mis estrellas tenían un suave frufrú. 

Y yo las escuchaba, sentado al borde de los caminos, 
aquellas gratas noches de septiembre en que sentía gotas 
de rocío por la frente, como un vino reconfortante; 

en que, rimando en medio de fantásticas sombras, 
estiraba, como si fuesen liras, las gomas
de mis zapatos heridos, ¡a un palmo de mi corazón!


3ª ACTIVIDAD. COMENTARIO DEL POEMA "El barco ebrio" (pág. 288), compuesto cuando solo tenía 17 años, con versos tan sugerentes como estos.
a. Podría decirse que todo el texto es una alegoría. Explícala. ¿Con qué tópico clásico lo podríamos relacionar?
b. ¿Qué otro recurso literario utiliza en el título del poema?
c. ¿Qué versos de la composición hacen alusión a la libertad? ¿Y cuáles a una vida de excesos para compensar el spleen?


EL BARCO EBRIO

Según iba bajando por ríos impasibles,
sentí que no me guiaban ya los sirgadores:
Pieles Rojas gritones les habían flechado,
tras clavarlos desnudos a postes de colores.

Ya no me preocupaba de las tripulaciones, 
de los trigos de Flandes o del algodón inglés.
Cuando al morir mis guías, se acabó el alboroto:
los Ríos me han llevado, libre, adonde quería.

En el vaivén ruidoso de la marea airada,
el invierno pasado, sordo, como los niños,
corrí. Y las Penínsulas, al largar sus amarras,
nunca experimentaron confusión más triunfal.

El temporal bendijo mis vigilias marítimas. 

Más ligero que un corcho, por las olas dancé
-arrolladoras olas eternas con sus víctimas-
diez noches sin buscar el necio ojo del faro. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario