¡Bienvenidos! Vamos a ver de qué trata esta asignatura...
Un joven rechazado por su padre (Segismundo, La vida es sueño)
Un idealista que intenta cambiar el mundo (Quijote)
Una mujer que se jacta de ser libre y hecha a sí misma (Celestina)
Una joven que se rebela contra la opresión (Adela en La casa de Bernarda Alba)
Un hombre que no se resigna a la muerte (Víctor Frankenstein)
Una mujer que no acata las leyes que considera injustas (Antígona)
Un pueblo que se levanta contra la tiranía (Fuente Ovejuna)
Un hombre que aspira a saberlo y vivirlo todo (Fausto)
Un joven paralizado por la duda (Hamlet)
Una mujer que da un portazo a la sumisión (Nora en Casa de muñecas)
Una joven dispuesta a vengar su destino por sí misma (Rosaura)
Un hipócrita que juzga las vidas ajenas (Tartufo)
Una casa presa del caciquismo y la violencia (Los Pazos de Ulloa)
Un narcisista misógino (Don Juan)
Un viaje que acaba siendo la propia vida (La Odisea)
Una pacifista con ideas muy prácticas (Lisístrata)
Una mujer encerrada en una sociedad pacata y provinciana (Ana Ozores, La Regenta)
Dos adolescentes capaces de todo por amor (Romeo y Julieta)
Una mujer que lucha contra la adversidad (Jane Eyre)
Un niño obligado a madurar demasiado deprisa (Oliver Twist)
Un joven que se niega a dejar de serlo (El retrato de Dorian Grey)
Un lugar envenenado por pasiones violentas (Cumbres Borrascosas)
Una mujer aburrida en medio de una realidad insuficiente (Emma en Madame Bovary)
Un superviviente en un mundo de mentirosos y corruptos (Lázaro)
Un genio entre mediocres (Max Estrella en Luces de bohemia)
Un idealista que intenta cambiar el mundo (Quijote)
Una mujer que se jacta de ser libre y hecha a sí misma (Celestina)
Una joven que se rebela contra la opresión (Adela en La casa de Bernarda Alba)
Un hombre que no se resigna a la muerte (Víctor Frankenstein)
Una mujer que no acata las leyes que considera injustas (Antígona)
Un pueblo que se levanta contra la tiranía (Fuente Ovejuna)
Un hombre que aspira a saberlo y vivirlo todo (Fausto)
Un joven paralizado por la duda (Hamlet)
Una mujer que da un portazo a la sumisión (Nora en Casa de muñecas)
Una joven dispuesta a vengar su destino por sí misma (Rosaura)
Un hipócrita que juzga las vidas ajenas (Tartufo)
Una casa presa del caciquismo y la violencia (Los Pazos de Ulloa)
Un narcisista misógino (Don Juan)
Un viaje que acaba siendo la propia vida (La Odisea)
Una pacifista con ideas muy prácticas (Lisístrata)
Una mujer encerrada en una sociedad pacata y provinciana (Ana Ozores, La Regenta)
Dos adolescentes capaces de todo por amor (Romeo y Julieta)
Una mujer que lucha contra la adversidad (Jane Eyre)
Un niño obligado a madurar demasiado deprisa (Oliver Twist)
Un joven que se niega a dejar de serlo (El retrato de Dorian Grey)
Un lugar envenenado por pasiones violentas (Cumbres Borrascosas)
Una mujer aburrida en medio de una realidad insuficiente (Emma en Madame Bovary)
Un superviviente en un mundo de mentirosos y corruptos (Lázaro)
Un genio entre mediocres (Max Estrella en Luces de bohemia)
Un padre que hace cualquier cosa por su hijo (Guillermo Tell)
Un ejemplo verdadero de amistad (La Ilíada)
Un ejemplo verdadero de amistad (La Ilíada)
Si los clásicos no hablan de nosotros, no sé qué lo hará.
(Inspirado en la publicación del escritor Nando López)
Ahora bien, para guiarnos en este mar de lecturas, necesitamos de una pequeña guía.
Borges nos presentaba en su relato La biblioteca de Babel una biblioteca prodigiosa, compuesta de interminables galerías hexagonales idénticas comunicadas por escaleras en espiral. Allí está todo el saber conocido, en todas las lenguas conocidas. El problema es que nadie lee. Entre la agotadora sobreabundancia de páginas azarosas, se extingue el placer de la lectura. Todas las energías se consumen en la búsqueda y el desciframiento. Es como una alegoría profética del mundo virtual, de internet.
Como dice J. M. Coetzee: "lo clásico es aquello que sobrevive a la peor barbarie, aquello que sobrevive porque hay generaciones de personas que no se pueden permitir ignorarlo y, por tanto, se agarran a ello a cualquier precio".
O esta irónica definición de Mark Twain: "Clásico es un libro que todo el mundo quiere haber leído pero nadie quiere leer".
Ítalo Calvino, en su libro Por qué leer a los clásicos, dice que los clásicos son libros que, cuanto más creemos conocerlos de oídas, tanto más nuevos, inesperados, inéditos resultan al leerlos de verdad. Nunca terminan de decir lo que tienen que decir. Naturalmente, esto ocurre cuando emocionan y alumbran a quien los lee. No han sido los lectores coaccionados quienes han protegido esos textos como talismanes en las largas época de peligro, sino los enamorados.
Según Irene Vallejo, en el Infinito en un junco, "los clásicos son grandes supervivientes. En el lenguaje ultracontemporáneo de las redes sociales, podríamos decir que su poder se mide en el número de seguidores. Son libros que siguen atrayendo nuevos lectores cien, doscientos, dos mil años después de ser escritos... Y en ese trayecto, donde tan fácil sería perderse, consiguen acceder al universo de otros autores, a los que influyen. Continúan subiendo a los escenarios de los teatros mundiales, son adaptados al lenguaje del cine y emitidos por televisión, incluso se han desprendido de la encuadernación y la tinta para hacerse luz en internet. Cada nueva forma de expresión -la publicidad, el manga, el rap, los videojuegos- los adopta y los realoja".
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